martes, 16 de noviembre de 2010

LA CRISIS DEL SIGLO XVI


El período de crisis por la que pasó Europa en el siglo XVII  fue uno de los más duros de la historia. No sólo por la regresión económica de ese momento, sino por el enorme descenso demográfico sufrido, impactos ambos, que se dieron principalmente en la zona mediterránea. Una crisis, que lamentablemente se pudo haber evitado de haber tomado las precauciones correctas.
Luego del proceso de expansión vivido durante los siglos XV y XVI, Europa se fundió en una profunda crisis que duró casi un siglo. Una crisis que la caracterizan diversos rasgos, siendo el principal el demográfico, ya que desde finales de la Edad Media la población había aumentado continuamente, hasta que se detiene bruscamente en el siglo XVI llegando incluso a retroceder en muchos lados.
Magdeburgo, ciudad clave durante la Guerra de los Treinta Años y aquí se representa el día a día europeo de ese entonces
Los motivos de este estancamiento fueron el hambre, las guerras y sobre todo, la peste, una enfermedad que se creía superada luego de que en el siglo XV arrasara con casi la mitad de la población del continente, pero que rebrotó con mayor virulencia agregándole esta vez, otras enfermedades mortales como el tifus y el cólera.
El hambre se debió a una secuencia de malas cosechas, ya que la agricultura era la principal actividad económica, pero sin embargo no se desarrollaron nuevas técnicas para aumentar así la producción. Una producción que debía aumentarse ya que el aumento considerable de la población los siglos anteriores exigían una mayor demanda, lo que provocaba que todo lo que se producía, era consumido inmediatamente.


Por este motivo no sólo el hambre afectó a una gran cantidad de la población, sino que disminuyeron enormemente los matrimonios, descendiendo consigo la tasa de natalidad. Pero a esto se debe agregar que la mala alimentación acarreaba enfermedades y epidemias, las mencionadas anteriormente.
Las guerras fueron el tercer factor determinante en esta crisis, ya que no solo debemos contar las muertes por influencia directa de las batallas, sino que los daños provocados en otros campos, como pueden ser las cosechas y el aumento de las cargas fiscales colaboraron en esta crisis.
A modo de ejemplo, la Guerra de los Treinta Años (foto, Gustavo II Adolfo, rey de Suecia), que tuvo a Suecia y Alemaniacomo protagonistas,  produjo que algunas regiones perdieran hasta un setenta porciento de su población e incluso más, como la ciudad alemana Saco de Magdeburgo, que pasó de 30.000 habitantes a 5.000, y al finalizar la mencionada Guerra quedó con menos de 1.000.
Otro de los factores determinantes fue lacrisis económica, cuando se provocó un retroceso general del comercio, luego del auge provocada por la abundancia de metales preciosos, lo que permitía que los precios subieran ya que existía una gran demanda de productos. Pero en este siglo los precios oscilaron permanentemente, perjudicando así a gran parte de la población, aunque algunos lograron prosperar, como los burgueses que acrecentaron su importancia comparados con otras clases sociales.
pero este impacto fue bastante desparejo y unas zonas fueron más afectadas que otras. La peor parte se la llevó la mediterránea, que dejó de ser el centro de desarrollo económico, mientras que Italia y la Península Ibérica ingresaron en un gran período de decadencia. Entretanto Francia vivió una situación intermedia, ya que mientras políticamente adquirió una gran influencia a nivel continental, económicamente quedó muy rezagada ante Inglaterra, que se comenzaría a afianzar como potencia mundial. Y esto es debido a que en este país, como en los Países Bajos, y Suecia, la crisis no fue tan significativa.
Pero, ¿que sucedió para que esto aconteciera? la respuesta es simple ya que debemos comprender que pese al desarrollo de la industria y el comercio en los siglos anteriores, la agricultura seguía siendo el factor económico determinante, y casi toda la población vivía aislada en el campo consumiendo lo que ellos mismos producían.
Mientras tanto, los acaudalados adquirían puros bienes santuarios, por lo que este dinero no era reinvertido en el desarrollo y la producción, sino que era más bien invertido enpréstamos a las monarquías absolutas, que muchas veces las invertían en guerras, o si no en productos de lujo y otros fines no tan productivos.
Y si queréis buscar un ejemplo claro y práctico, no hay uno mejor que el de Italia(foto, Galileo Galilei, astrónomo italiano). Allí durante los siglos anteriores se desarrollaron las primeras industrias textiles, las que tenían un rotundo éxito, pero ya desde el siglo XVI se dedicaron a proveer exclusivamente a las cortes con productos de mucho lujo, y las ganancias obtenidas eran invertidas por los comerciantes en propiedades agrarias y por supuesto, en préstamos para los reyes y nobles.
Esto llevó a que no se invirtieraabsolutamente nada en la industria, llevando al final a una crisis económica muy profunda, cuando ese país tuvo la gran oportunidad de transformarse en una potencia en ese momento, y de haber sido así, ¿quién se anima a predecir como pudo haber continuado la Historia?
Ahora, el mayor caso de lo inverso es Inglaterra, donde se fomentó el desarrollo de la agricultura y una enorme producción industrial que favorecieron en definitiva, la expansión comercial de ese país, principalmente gracias al empleo del comercio ultramarino.
Así es como encontramos a dos países que tomaron decisiones completamente opuestas y vemos el resultado obtenido por unos y por otros. Y si vamos a la realidad, y traspolamos esto hasta hoy en día, podemos ver que muchas diferencias aún se notan, y los comienzos de este presente los podemos hallar en este período histórico.
Este fue el panorama de Europa en el siglo XVII y su profunda crisis, con sus causas bien delimitadas al igual que los resultados obtenidos por la mala administración de los ingresos. A su vez podemos obtener una conclusión personal de todo esto, y se da con nuestras propias finanzas…muchas veces es mejor no malgastar el dinero obtenido, para así evitarnos problemas en el futuro, y que no se me malinterprete que tampoco debemos ser avaros, sino  simplemente, más cuidadosos, y más con la situación económica mundial de estos tiempos…

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